Escribo algo después. Ahora que afloren los sentimientos, yo soy partidario de eso. Después escribo con más serenidad, pero hoy yo quiero hablar con el corazón en la mano. Por qué llegué a la facultad de veterinaria, yo el senadense. El tranvía 25 que iba de Berisso a La Plata, en la esquina de 122 y 60 pasaba frente a los gallineros que tenía la Facultad de Agronomía. Yo vengo de una familia de campo con tíos que tenían 500 gallinas Legorn en Dorrego, justo en el cruce de la entrada de la ruta 3, tíos que tenían gallos de riña en Bahía Blanca, otro tío (que es Grieco) que tenía incubación de 30 huevos en Los Hornos en La Plata, otra tía que en la isla de Choele había enviudado y se había casado con un polaco que venía de la guerra y sabía hacer de todo...Desde incubar hasta hacer dulces, chacinados, conservas, un montón de cosas. Así, yo le fui ganando amor a esa actividad de granja a través de las gallinas, y mí pasado con el tranvía 25.
Los Maliandi son muy allegados a mí. El papá de Florestán, Florestán padre, fue un gran remero de mi club, fue Presidente de nuestro club, de la Asociación Argentina de Remo, y yo todavía hoy, de vez en cuando algún domingo sigo remando…fue en quinto año de secundario que debía 9 materias porque me había agarrado un embale con el remo y quería ser campeón argentino a toda costa y fui, si, pero me lleve nueve materias. Había estudiado sólo higiene y geografía que son las que me gustaban y yo quería saber de gallinas además entonces como pasaba frente a esa Facultad de Agronomía que tenía su gallinero, fui a la facultad de Agronomía a anotarme y me dicen en la mesa de entradas – gracias a Dios, quien me recibió – no, con 5 materias no las vas a aprobar, vení el año que viene. De bronca me fui a Veterinaria que estaba al lado y me atendió la Sra. Peretto – que era un amor – y me trató con afecto y me dice: si querido, como no, cuántas debes?. Si, tenés tiempo. Rendí en marzo y en julio para regularizarte. Yo aprobé todas en marzo porque estudié y listo, porque eso se resuelve estudiando. Yo quería remar antes que estudiar, pero después estudié. Le agradezco a ese señor que me rechazó en Agronomía, no obstante, ahí estaba Gamero también, buen profesor en avicultura pero tuve la enorme suerte de encontrarme con estos dos maestros incomparables.
Tengo una tarjetita que dice: Dr. Rodolfo M. Perotti, Médico Veterinario, Morlote 238. “Estimado Grieco con un cordial saludo mis mejores deseos de éxito en su gestión en Molinos, un abrazo. Perotti, 23 de junio del 69”. Yo llegaba a vivir a Córdoba porque lo reemplacé a Willy en Córdoba, Willy Craig. Entonces llegué y el Dr. Perotti paraba en el mismo hotel que yo (estaba con mi recién comprometida esposa) y ahí empezó este vínculo post facultad.
La fundación, es algo extraordinario, su creación es honrar la vida. Alguna vez me toco despedir a un colega del GTA y elegí hacerlo con un poema de Eladia, “Honrar la vida a pesar de todo”. Digo, honrar la vida nos cambia a los vivos, leí a pesar de todo, despidiéndolo a Manuel Ezagaray. Amigo, compañero de promoción, plumífero como nosotros y digo, honremos la vida, a esos maestros incomparables que fueron Perotti y Massot con sus distintos estilos, con su tono académico único. (…) Estamos hablando de honrar la vida, honremos la vida, honremos a nuestros maestros con nuestros recuerdos y en esta islita, en este enorme mar de incertidumbres que tenemos, esta fundación es una islita (…) Vamos a tratar de no caernos de la islita que seamos cada vez más en ella para que se transforme en lo que deseamos que sea el país.
Nosotros los que tuvimos la suerte de hacer la Universidad en épocas de libertad con ese extraordinario Presidente que fue don Arturo Illia, una persona de la que realmente se habla poco porque hace daño, la honestidad hace daño hoy en la Argentina y cuando uno de estos se destaca hay que decirlo, porque existen los honestos en la Argentina y somos los más, todo otro, toda esa otra cosa son los menos. Los honestos somos los más, los que confiamos, los que creemos, los que apoyamos, los que jugamos por honrar la vida, somos los más. Entonces, ahí va la Fundación, honrar el recuerdo del Dr. Perotti, no es poco. No es poco este acto.
Lo fui a ver cuando enfrenté un caso muy soñado, luego vino la guerra de las Malvinas, y luego hubo un señor que intentó una demanda millonaria por un caso de micotoxinas a través de las aves y quería llegar a la salud humana con las micotoxinas que comían las aves. Como veterinario asesor de esa empresa que le proveyó el alimento con micotoxinas, lo voy a ver al Dr. Perotti para que actúe como perito de parte y me dice Grieco, no tiene que pedírmelo, Ud. sigue siendo mi alumno. Y mandó un informe muy aclaratorio sobre los alcances de la micotoxicosis en las aves y en la salud humana. Quedó desvirtuada esa falacia que las aves pueden transmitir a través de sus subproductos cánceres al ser humano, que es a lo que apuntaba este señor.
(…) Honremos a los maestros…cuando partió el Dr. Massot en el 89 y Rodolfo Perotti en el 99 y hasta el resto de sus días porque como le decía a la Sra. de Massot, no es común que nosotros los argentinos honremos a los que han partido y que lo hagamos con espontaneidad, esto de la Beca es una excusa, pero lo hubiésemos hecho igualmente el de recordar al maestro, los maestros.
Discurso del Dr. Florestán S. Maliandi.
Sr. Presidente de la de la Fundación
Sres. Miembros del Jurado
Sr. Premiado
Sra. de Massot
Sres. Miembros de la Academia
Mis ex profesores
Colegas
Sras y Sres.
Esta Sociedad de Medicina Veterinaria con sus 115 años de trayectoria, ha propiciado siempre toda actividad tendiente a promover la excelencia y resaltar la trayectoria de Colegas que han contribuido al real crecimiento de nuestra profesión.
En este caso por azar del destino me toca como Presidente de esta institución conmemorar a través del Premio Dr. Rodolfo Perotti a un hombre que tuve la feliz oportunidad de conocer, primero como Mi Profesor, con mayúsculas, quien fuera el creador de la Primer Cátedra de Avicultura en el país, en la FCV de La Plata , y luego como colaborador en las 7as Jornadas Internacionales de la Facultad de Cs. Veterinarias de La Plata de la cual fuera Presidente, entablando una profunda relación personal que perdura en el tiempo a pesar de su ausencia.
Su calidad y profundidad de pensamiento, su espíritu innovador, su disciplina ética, humana y profesional hace que lo estemos recordando como arquetipo de vida.
Sin temor a equivocarnos, se lo ha considerado el Padre de la Avicultura Argentina. Junto a él personalidades como la de nuestro ex presidente el Dr. Massot, a quien hoy recordaremos, lo acompañaron en sus actividades docentes y profesionales. Posteriormente colegas más jóvenes y otros no tanto, siguieron su camino.
Han pasado por sus clases innumerables promociones de alumnos que lo recuerdan como yo lo estoy haciendo.
Esta señera institución, lo tomó entre los mejores y por ello recibió el Premio a la Trayectoria Sociedad de Medicina Veterinaria, que nos honra.
Sres. y Sras, por todo ello y mucho más hoy estamos acá, sembrando como él lo hacía, en esta oportunidad entregando el Premio de Perfeccionamiento de la Fundación Dr. Rodolfo Perotti.
Sr. Profesor Extraordinario Emérito de la Facultad de Cs. Veterinarias de la UNLP, Sr. Miembro de Número de la Academia de Agronomía y Veterinaria. Acá estamos para cumplir con sus deseos y agradecer a sus hijos la creación de esta Fundación.
Muchas gracias
Discurso del Dr. Lucas Sara.
Señor Presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria Doctor Florestán Maliandi.
Señor Presidente de la Fundación Profesor Doctor Rodolfo Perotti, Doctor Rodolfo Perotti
Señores miembros del Consejo de Administración y del Comité Asesor.
Señores miembros del jurado.
Autoridades de las distintas instituciones.
Familiares y amigos.
Estas breves palabras son sencillamente de agradecimiento.
En primer lugar, quiero agradecer este premio y destacar su importancia, que radica en la memoria por quien se entrega: el Dr. Rodolfo Perotti, profesional a quien por una cuestión generacional no tuve oportunidad de conocer, pero sí tengo la posibilidad de tratar con algunos de los profesionales que con él se formaron y realzan su labor, vocación pedagógica y valores morales y son estímulo y modelo para los que comenzamos en esta apasionante actividad.
Quiero agradecer a los Miembros del Jurado constituido para esta ocasión por quienes tengo un profundo respeto y admiración.
Es un honor y una gran responsabilidad para mí intentar materializar los esfuerzos de la Fundación en el desarrollo de la Avicultura y la búsqueda de la excelencia profesional.
En el momento de agradecer a todas las personas que me acompañaron y acompañan durante todos estos años, quiero comenzar por mi familia.
Mis padres, ambos médicos veterinarios y mis primeros maestros fueron quienes, con sus valores, su ferviente vocación e incesante búsqueda de la excelencia infundieron en mí y en mis hermanos el compromiso por la formación humana y el desarrollo profesional.
Mis hermanos y familiares me apoyaron y acompañaron desde chico, cada uno desde su lugar.
Todo esto no sería posible sin el apoyo de Mariana, mi esposa que incondicionalmente me acompaña en los pequeños detalles de cada día y en cada paso importante de mi vida.
Por otro lado quiero agradecer a todos los colegas y muy especialmente al Grupo de Trabajo Avícola quienes generosamente me han transmitido su experiencia y conocimiento, brindado su tiempo y colaboración para poder capacitarme y desarrollarme profesionalmente. En este sentido quiero hacer especial referencia al Dr. Mario Jáuregui Lorda quien, con su calidad humana y generosidad, me permitió hacer mis primeros pasos en la Avicultura y con quien a pesar de la diferencia generacional, nos une una gran amistad. En este sentido no quiero olvidarme de todos mis compañeros de trabajo quienes desde su lugar me ayudaron personal y profesionalmente en estos años.
En esta oportunidad tan importante no quiero dejar de recordar y agradecer todo lo recibido por la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires materializado sobre todo por sus docentes quienes con su dedicación y entrega, marcaron el camino de mi formación. Tampoco quiero dejar de mencionar a la Universidad Nacional de Luján quien me permitió continuar capacitándome como Médico Veterinario Avícola.