Conocí al Dr. Rodolfo Perotti (padre) por año 1956 o 57 en el tren de regreso de La Plata. Recordemos que en esa época el recorrido se hacía en un amable viaje 55 minutos, con vagón restaurante y con elegante vajilla de plata - residuo de la administración inglesa - en un ambiente que facilitaba la conversación y la amistad. Eran tiempos de reestructuración del país, de evolución en la Universidad de La Plata y en la Facultad de Veterinaria, se vivía una renovación en manos de ese preclaro veterinario que fue el Dr. Constantino Brandariz. Después de 1955, ambos el Dr. Perotti y yo, habíamos sido convocados en esos tiempos de la nueva actividad académica de la Universidad, y estábamos impulsados por esperanzas e ilusiones, para la profesión y el país.
En sucesivos encuentros ocasionales fuimos conociéndonos y simpatizando tras animadas y enriquecedoras conversaciones. Qué debía ser la Universidad. Cómo debía la profesión ampliar sus horizontes. Qué valores morales y educativos debía reconocer la sociedad para expandir el futuro del país. Pláticas que infortunadamente hoy, casi sesenta años después, serían todavía actuales.
Yo era adjunto de Enfermedades Infecciosas, y por mi juventud y especialidad de infectólogo, nos creíamos que éramos poco menos que los dueños de los problemas de la veterinaria de su tiempo. La Fiebre aftosa, la Tuberculosis, la Brucelosis y distintas zoonosis, eran como latiguillos que para mí, representaban los pilares en los que se basaba la veterinaria y la producción ganadera Argentina. Sin embargo poco a poco y modestamente, el Dr. Perotti de la Cátedra de Granja y Avicultura, nos iba convenciendo, de lo que representaba la Avicultura como futuro, como eficiente fabricante de proteína animal, y como transformación industrial de la producción. Las aves estaban representando una maravillosa revolución, dentro de la genética animal, que estaba dirigida por la nueva avicultura. Nos contaba los avances para el país que representaba un cambio sustancial de la producción animal y una transformación que se iría produciendo en la Argentina al influjo de una nueva forma de la actividad avícola. Lo que influiría en el cambio de su dieta, y hablaba de las ventajas de la carne aviar y los impactos de su eficiencia económica. Reconozco que esas charlas con Perotti, me abrieron la cabeza y paulatinamente me hicieron cambiar en el enfoque de muchos problemas de la profesión, que representaban una nueva visión del mundo de la producción animal, y por lo tanto de las funcionas profesionales. Con su voz clara y precisa, iba modesta pero contundentemente abordando los problemas y mostrando soluciones para cosas, que en el país y en ese tiempo eran la perspectiva y el futuro que en pocos años se fueron haciendo realidad.
Algún tiempo después, yo fui designado Director General de Sanidad Animal, en la época del Ing. Walter Kugler, como Secretario de Agricultura y Ganadería y en ese momento apareció en el país la Enfermedad de NewCastle. Había una discusión general que era la disyuntiva entre aplicar vacuna “a virus vivo” o a “virus muerto”. La primera entrañaba el riesgo de diseminar el virus, pero era más eficaz y económica. En la duda, acudí al amigo para saber si mis principios sanitaristas debían aceptar la realidad de un problema que la práctica de campo, ya mostraba inevitablemente introducido en el país. A mi consulta el Dr. Perotti me contestó. La vacuna de virus vivo no va a resolver la difusión del virus, pero en la realidad va a frenar la enfermedad. Recuerdo que me dijo: Vamos a necesitar años para eliminar NewCastle, por ahora aceptá las presiones a la que nos impone la realidad. Tenia razón, recién el 1999 el país pudo erradicar la enfermedad.
Una tercera anécdota, por la que el Dr. Perotti, dejó otra vez una enseñanza, esta vez a mi familia, ocurrió algunos años después. Mi hija tendría en aquel tiempo unos ocho o nueve años, y había quedado descorazonada por no recibir el regalo de un pollito bebe, que entregaba como propaganda en algunos supermercados, una marca de papel Higienico, que volvía locos a todas los chicos de entonces. Para neutralizar el descontento de mi hija, la solución era pedirle a Perotti, en base a sus contactos con los criaderos, algún pollito que conformase la angustia de mi hija. Rápidamente lo hizo, pero enviando en lugar de uno o dos, una caja de pollitos bebe con 24 animalitos. La alegría de mi hija cambió, a los tres o cuatro días de mantener los pollitos en el departamento, con una lámpara para calentarlos y tener que limpiar sus camas se fue transformando en un problema, con todos los inconvenientes imaginables. Lo solucionamos llevando a las aves que iban creciendo, a una quinta que teníamos en Monte Grande por aquel tiempo. El asunto no acaba ahí. Del desarrollo de la anécdota surgió la lección que Perotti, sin proponérselo ofreció a mi familia, en especial a mi hija. Todos los fines de semana al ir a la quinta, visitábamos a los pollos que iban cada semana creciendo y acercándose paulatinamente a la cacerola, parrilla u horno del encargado. En el desarrollo individual, luego de algunas semanas en uno de aquellos pollitos se pudo expresar el “vigor de la sangre de riña” que encerraba la compleja combinación de sus genes. Todo el mundo corría detrás de aquel pollo que enfrentaba a todos con el valor de su raza, y que no sin trabajo, al final terminó cumpliendo con su culinario destino. Sin embargo quedó en todos como una enseñanza, lo que significaba la lucha por vivir y competir. Y mi hija aprendió lo que significaban las cualidades de la herencia en el valor individual de la lucha por sobrevivir. Una lección que Perotti dio, sin saberlo, ni proponérselo.
A través de los años, tuve infinidad de oportunidades de rememorar al Dr. Rodolfo Perotti, junto con alumnos que recuerdan sus lecciones con cariño y admiración, de evocar su memoria con personas de laboratorios, industrias y colegas en el ámbito privado y también en el público, por su paso por el la Municipalidad de Buenos aires y del Ministerio de Agricultura y Ganadería. En todos lados y siempre, se lo recuerda por sus conocimientos, capacidad para enfrentar los problemas con responsabilidad, solvencia, equidad, y sentido ético. Todo ello justificó que su vida fuese galardonada por reconocimientos como Profesor Emérito en la UNLP y por una labor que trascendió el país, se lo galardonó con Diplomas de Honor al Mérito en el Paraguay y en Perú. Todo ello en reconocimiento a una vida ejemplar, fue ratificado por nuestra propia Academia cuando fue designado Académico de Número, tomando el sitial No. 31, en una recordada conferencia sobre “El Gallus domesticus y la industria avícola”, el 22 de mayo de 1986 en la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.
Ejemplo de todo ello, lo ratificamos hoy, al entregar el premio de la Fundación que lleva su nombre al MV Matías Irisarri, joven profesional que iniciado en Centro Agrotécnico Regional de Venado Tuerto, se recibió en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Nacional de Río Cuarto en el año 2008, y se inicio en el ejercicio profesional con gran motivación hacia la investigación práctica en la Avicultura, especializándose en la disciplina en la Universidad Nacional de Luján durante 2010.
Su labor profesional se muestra en el ejercicio práctico en diversos establecimientos sobre todo de la zona de Pilar, donde desarrolla una eficiente labor en el control de plagas, capacitación del personal y controles de seguridad en la producción. Un tema que ha interesado a nuestro recipiendario, que tiene gran importancia práctica, sanitaria, ambiental y de eficiencias productiva, es la profundización del conocimiento para el mejor manejo de la cama en la cría avícola y que es motivo del proyecto de investigación merecedor de la beca en cuestión de este año. El TRATAMIENTO DE LA CAMA EN POLLOS PARRILLEROS, problema diario de la producción, involucra un complejo estudio que comprende aspectos microbiológicos, modificaciones físicas y químicas que caracterizan y repercuten en la calidad de la producción de una manera directa e importante.
Hacemos votos para que de las conclusiones del trabajo se logren ideas que faciliten la labor diaria y resuelva problemas prácticos en el cría avícola y se expresen en resultados concretos, mejoras en el desarrollo de la avicultura del país, logrando mejor sistemas de producción, más técnicos, eficientes y prácticos. En una palabra, concretar lo que siempre fueron las ideas que el gran maestro que fuera el Dr. Rodolfo Perotti, nos proyectaba en sus charlas de todas las semanas, en aquellos memorables viajes de ida y vuelta en tren a La Plata.
Discurso del Dr. Scoppa
Sr. Presidente y Miembros de la de la Fundación
Sres. Académicos
Sr. Recipiendario del Premio
Sras y Sres.
Con motivo de la entrega del Premio Beca de Perfeccionamiento que la Fundacion Perotti adjudicara en esta misma casa en el año 2008 decíamos que esperábamos que estos encuentros entre esa Fundación y nuestra Academia se continuaran, en pos de nuestras aspiraciones e incumbencias comunes para así contribuir a superar esa aridez intelectual que nos condujo a un mundo elemental y anomico alejado de aquel horizonte superador siempre soñado.
Hoy, 6 años después, ese deseo se ve una vez más sintetizado en este nuevo encuentro en el cual nuestra corporación vuelve a abrir sus puertas e iluminar este augusto salón para que esa entidad de bien público reconozca y distinga el M.V. Matías Irisarri Sabanes con la beca de Perfeccionamiento 2014. Es que la persona que hoy se hace merecedora a esta beca recibe un premio que es reconocimiento a la inteligencia y al esfuerzo meritorio aceptando gozoso el estímulo y la gratificación que lo acompañan, pero que simultáneamente acepta los desafíos y obligaciones que toda distinción conlleva.
La Academia, por mi intermedio lo felicita porque conoce de la excelencia y rigurosidad con las cuales la Fundacion y el jurado del que forman parte también académicos nuestros, evalúa y selecciona a los candidatos, asegurando justicia y verdadera afirmación de las valías del recipiendario.
Sin embargo, estas ceremonias tienen algo más, poseen la emoción del recuerdo, la dulzura de los afectos y la admiración por la obra realizada por y de quien lleva por denominación esta Fundacion, Prof. Dr. Rodolfo Perotti conspicuo cofrade quien con la lucidez de su talento honro a nuestra corporación.
Es por eso que estos actos son ya parte de nuestros ritos, de nuestras fiestas; se entroncan en ideales e intereses comunes, y son un aliciente para el recuerdo perpetuo del cofrade.
Son ceremonias de incuestionable significación para las Ciencias Veterinarias y la producción avícola, por parte de esta Fundación que permanentemente brega por ellas y las estimula de continuo.
Finalmente, de nuestro recipiendario de hoy la sociedad y las Ciencias Veterinarias esperan desde ya ansiosas el fruto de las simientes de su fértil inteligencia, que se materializara con la contribución de sus ideas y el trabajo fecundo, los cuales necesariamente gravitaran en la obra colectiva.
Discurso del M.V. Matías Irisarri
Señor Presidente de la la Academia de Agronomía y Veterinaria.
Señor Presidente de la Fundación Profesor Doctor Rodolfo Perotti, Doctor Rodolfo Perotti (h)
Señores Miembros del jurado.
Sr. Director de la Carrera de Pos Grado en Producción Avícola , UNLU, Dr. Mauricio de Franceschi.
Miembros de las diferentes instituciones y cámaras afines a la Producción Avícola Argentina.
Familiares y amigos.
Siento una inmensa alegría al recibir este premio otorgado por la Fundación, Dr. Rodolfo Perotti, una alegría tan inmensa que quiero compartir con todos ustedes, y sin dudas dejarles a todos el más profundo agradecimiento.
Como no contarles parte de mi historia, ésa que hizo que un día como hoy, esté sentado aquí frente a ustedes, recibiendo este premio.
Nacido en Venado Tuerto, al sur de la Provincia de Santa Fe, una de las zonas más productivas del país, allí donde el maíz tapa el horizonte y la soja obtiene rindes impresionantes ,viví mis primeros años de vida, rodeado de grandes extensiones de campos verdes y vida rural , a la que, sin vivir en el campo, fui adquiriendo y desarrollando. Es que, todo tiene que ver con todo, si bien no era una zona avícola, crecí viendo la avicultura de traspatio, esa que es tan común en las ciudades del interior, la que abastece a la casa y a las familias.
Mi vocación por las aves y el campo, fue muy marcada desde niño, y me fue llevando a estudiar y perfeccionarme en materias relacionadas al mismo, sobre todo en lo referente a la producción animal, razón por la cual, elegí estudiar en una colegio agrotécnico , el Centro Agrotécnico Regional, de Venado Tuerto. Ahí empecé a forjar conocimientos, y al ser un colegio doble escolaridad, tuve muchas materias prácticas, con trabajo a campo y formación práctica.
Casi sin darme cuenta, llegó el día en que termino el colegio, y sin pensarlo demasiado, me inscribo para iniciar mis estudios universitarios en Medicina Veterinaria, en la UNRC, Universidad Nacional de Río Cuarto, en tiempos de incertidumbre para el país, en un marco bastante complejo, pero mi vocación fue más fuerte y allí comencé a estudiar Veterinaria, una carrera extensa, muy rica y con muchísimos conocimientos por adquirir.
Obtuve mi título, y el destino hizo que mi primer trabajo como Veterinario sea en Avicultura, comienzo a trabajar una empresa importante , con una alta producción de huevos, pollitas bb y recriadas. Allí, di mis primeros pasos en la avicultura, conociendo profesionales, encargados, galponeros y muchísimas personas afines a la industria, que fueron formándome como profesional y como parte de ésta producción tan particular. Una experiencia que marcó mi camino y que sin dudas fue decisiva para que siga inmerso en el mundo avícola.
Luego hice un paso por la parte técnica comercial, en una empresa de nutrición animal, y pude conocer otras zonas, otras caras y otros aspectos de la misma actividad. Siempre con las ganas y la inquietud de aprender más y poder contribuir a mejorar la producción y aportar para que la avicultura crezca. Realmente fue una experiencia enriquecedora, que me abrió muchas puertas y contactos muy interesantes.
Es el día de hoy, que dentro de la misma actividad, me desempeño como Médico Veterinario, en sistemas de producción avícola, brindando un servicio en saneamiento ambiental y control de plagas, sin dudas dos aspectos de suma importancia ,que van de la mano de la bioseguridad, sanidad y mejores resultados productivos.
Todo esto hubiese sido imposible sin el apoyo de personas, que son muy importantes para mí.
Gracias a mi padre, que me inculcó el sentido de la responsabilidad, del esfuerzo para lograr los objetivos, la constancia y perseverancia en las cosas que hago.
Gracias a mi madre, que siempre me recalcó que la educación y formación son las llaves que nos abren puertas, nos permiten crecer y desarrollarnos tanto profesionalmente y como personas.
Gracias a los dos por enseñarme a ser una persona de bien.
Mis compañeros de vida, mis dos queridos hermanos Esteban y Patricio que permanentemente me acompañan y brindan su apoyo.
Y no puedo olvidarme de ésas personas que elegí, que son mis amigos, un pilar fundamental en mi vida personal, mi segunda familia, mi contención y apoyo en todo sentido. A veces digo que soy una persona muy rica, haciendo referencia a los amigos que tengo.
Quiero rescatar la importancia de éste premio, como así también al Pr.Dr. Rodolfo Perotti, que por una cuestión generacional no pude conocer, pero tuve la posibilidad de escuchar alguno de sus discursos y trabajos, con un gran compromiso en la formación de profesionales para avicultura y con una vocación y valores éticos muy rescatables.
En un marco internacional, en donde la producción de alimentos es clave para satisfacer el crecimiento de la población humana, la avicultura juega un papel fundamental en la producción de proteínas de alta calidad, con un bajo costo y fácil acceso a las mismas.
Argentina, en ese marco, con un potencial inimaginable en producción de materias primas y alimentos para gran parte de la humanidad, un país con 14 habitantes por km cuadrado, infinitamente rico en recursos naturales, con una ubicación geográfica que permite aislarnos sanitariamente de enfermedades con impactos muy negativos para la producción y con un creciente consumo en carne de ave y huevos.
Es esa la plataforma que tenemos para desarrollarnos, investigar ,adquirir conocimientos y poder crecer.
Este premio , una Beca de perfeccionamiento, es un aporte más a ésta industria, que tiene un futuro promisorio, es sin dudas lo que necesitamos para seguir creciendo ,mejorando, y así poder estar entre los países más importantes en producción avícola.